En muchas ocasiones un vaso de agua fría, un dulce o determinados alimentos o bebidas muy calientes pueden ocasionar un dolor dental. Es cierto que un gran número de personas que acuden a la consulta dental lo hacen cuando sienten dolor o molestias de alguna de sus piezas afectadas. Estas molestias pueden aparecer tras un estímulo, en forma de sensación térmica.
La pregunta de cómo aparecen este tipo de síntomas de un día para otro tiene fácil respuesta. Son resultado, en la mayoría de las casos, de una inflamación pulpar provocada por una caries.
Las caries, en sí, no son dolorosas. Empiezan a molestar cuando, tras una larga evolución, alcanzan la pulpa dental. Dependiendo de la forma en que haya afectado la caries a dicha pulpa optaremos por un tratamiento u otro.
En casos leves podremos limpiar la caries y aislar la pulpa del exterior con un producto especialmente indicado para ello. En los casos donde la caries haya alcanzado totalmente la cámara pulpar haremos la endodoncia o tratamiento de conductos.
Por ello es imprescindible la prevención como el mejor tratamiento de todos, y así evitar posibles complicaciones como las descritas.