Escrito por:
Dr. Javier Cabezas
Clínica Dental Cabezas
Entendemos por equimosis una lesión que provoca un cambio de coloración de la piel o de la mucosa, consecuencia del daño o traumatismo ocasionado sobre los tejidos. En esta lesión no se pierde la solución de continuidad, es decir, no hay herida como tal, y la salida de la sangre se queda en el interior de la piel o la mucosa.
La equimosis en el tratamiento odontológico
Centrándonos en el ámbito de la odontología, podemos identificar estas equimosis tras un trauma directo por impacto a nivel de los labios, que al contactar con los dientes se llegue a ocasionar ese cambio de color de la mucosa o el labio.
Del mismo modo, no resulta extraño que, tras un tratamiento odontológico, se pudieran identificar lesiones de esta índole asociadas al propio procedimiento dental, dispositivos de aislamiento o materiales empleados en el proceso.
En ocasiones, también pueden aparecer equimosis después de procedimientos quirúrgicos, pasados unos días desde de la intervención, y están relacionados con el trauma quirúrgico que los provocó. Igualmente, la fragilidad capilar de la persona intervenida, así como edad, son factores que condicionan su aparición y tamaño.
Cambios en la equimosis
Debido a la elasticidad propia de los tejidos y a la salida, filtración y acumulación de líquidos desde los pequeños vasos o capilares sanguíneos, las equimosis sufren una serie de cambios en su coloración a largo del tiempo.
Inicialmente la lesión comienza con un color rosado; a continuación, podremos observar matices morado-azulados, que derivarán a un color verdoso o amarillento para llegar a la resolución total. Con ello, veremos una recuperación completa del color en la zona y, por tanto, la resolución completa de la lesión sin cicatrices o vestigios reparativos.
El tamaño de las equimosis es de escasos centímetros y es, respecto a su clasificación dentro de los traumatismos tisulares, de las lesiones más leves.
Identificación y tratamiento de la equimosis
Resulta importante conocer el proceso evolutivo de la lesión para entender el tratamiento del mismo.
De tal manera, la actuación terapéutica se basa en identificar la causa o motivo que provocó la lesión. Lo indicado es realizar el seguimiento de ese proceso reparativo hasta la resolución del proceso. Por lo que, de forma habitual, podemos identificar cierto dolor leve en la zona provocado por la afectación de las terminaciones nerviosa del área.
No obstante, a nivel de la piel, y no en mucosa, cuando la lesión sea más visible, puede ayudar aplicar cremas que reducen los tiempos en esos cambios de coloración. Ya que, dependiendo de la zona, pueden resultar más llamativos y, por tanto, tener algún tipo de repercusión estética.