En este post repasaremos algunas de las creaciones y aplicaciones que han contribuido a la creación de la odontología moderna tal y como la conocemos hoy en día.
Existe controversia sobre quién inventó el primer sillón dental con unas características similares a los actuales, aunque lógicamente sin los avances con los que contamos en la actualidad.
La mayoría de los estudiosos lo atribuyen al italiano Giovanni Platerio, que en 1855 después de hacer numerosos bocetos decidió cambiar la posición habitual en el que él y sus colegas trabajaban con sus pacientes e inventó un sillón reclinable, con un respaldo reducido, el cual permitía un mejor acceso a la cavidad bucal. Por otro lado sabemos que ya en el siglo XVIII, los «dentistas» de la época trabajaban en una silla de madera similar a la de los peluqueros, en los cuales colocaron unos reposabrazos para que los pacientes se agarraran en el momento de la extracción.
El primer anestésico que se usó en odontología fue la cocaína de la mano de Carl Soller. Pronto se vió que el uso de ésta producía una terrible adicción y se dejó de usar. Fué entonces cuando el alemán Alfred Einhorn, descubrió la procaína en 1905 al investigar una sustancia que pudieran utilizarse en los soldados durante la guerra. Finálmente Heinrich Braun fue quien la introdujo en el mundo odontológico.
En 1929 Alexander Fleming descubrió la penicilina con todo lo que ello conllevaba en la eliminación y prevención de las infecciones antes y después de los tratamientos.
Michael Buonocore en 1955 inventa los primeros empastes blancos de resina. Esto permitió empezar a reparar piezas dentales que estuvieran cariadas o fracturadas. También investigó la forma de adherirse los empastes a la superficie del diente.
Branemark, en 1980 describe la técnica de los implantes dentales. Hoy en día es considerado el padre de la implantología moderna.