Escrito por:
Dr. José Manuel Reuss
Clínica Dental Vilaboa
La cresta ósea en la cavidad oral es la parte del hueso maxilar o mandibular más externo, y en sentido vertical, más cercano a la encía de la cual “nace” el diente. También se puede denominar el “borde” o “reborde”.
Funciones de la cresta ósea
Anatómicamente la cresta es una protuberancia, es decir, un saliente. Este término se utiliza generalmente en implantología y se habla de cresta ósea. Los implantes oseointegrados en general se colocan a través de la cresta, y el cuello o porción del implante a la cual se conectan los componentes protésicos (diente, pilar, dentadura, etc), queda aproximadamente en dicha zona.
Más concretamente, los implantes se pueden colocar justo a nivel de la cresta (nivel yuxtacrestal, al mismo nivel que el hueso), subcrestal (más profundo que la superficie del hueso o cresta), o supracrestal (dejando parte del implante “a la vista”, es decir, sin enterrar por completo dentro del hueso).
Tras la pérdida de un diente, la cresta ósea se reabsorbe (se hunde), debido al propio trauma quirúrgico de la extracción, a la pérdida de vasos sanguíneos que acompañaban al diente, y a la atrofia funcional por perder el estímulo de la masticación sobre esa zona concreta.
Para diagnosticar correctamente la cantidad de hueso disponible, es necesario realizar una radiografía. La Academia de Oseointegración (AO, por sus siglas en inglés, Academy of Osseointegration), recomienda realizar una radiografía en 3 dimensiones para poder analizar correctamente la cantidad de hueso disponible para poder colocar un implante. La imagen radiológica en 3 dimensiones más recomendable es el CBCT (por sus siglas en inglés, Cone Beam Computerized Tomography).
Técnicas de regeneración ósea
Para poder colocar un implante, es necesario una cierta cantidad de hueso, tanto en anchura como en altura. Es muy frecuente que el volumen de hueso sea insuficiente. Ya sea porque se ha hundido en sentido horizontal, o en sentido vertical, a menudo es necesario “recuperar” o regenerar el hueso de forma que el implante quede colocado totalmente protegido por hueso por todos lados.
Hay diversas técnicas para hacer que la cresta ósea vuelva a tener un “tamaño” normal. La técnica más ampliamente contrastada en la literatura científica se llama Regeneración Ósea Guiada, (GBR, por sus siglas en inglés, Guided Bone Regeneration). Consiste en colocar pequeñas partículas de hueso sobre el hueso hundido, y taparlos con una membrana biológica para fijarlo y permitir que se incorpore al hueso original.
Dichas partículas pueden venir del propio hueso del paciente, o ser artificial, de origen animal u otros. Lo imprescindible es que el cirujano las conozca y, en caso de ser necesario, recomiende al paciente la más indicada para su caso.