La doctora Debora Rodríguez Vilaboa y su hermana Beatriz fundaron la Clínica Vilaboa de Madrid en 1986. Ellas han ido configurando un equipo con el que comparten su filosofía de trabajo, el valor de la Odontología y el paciente en el centro de la atención sanitaria.
¿Por qué decidió estudiar Odontología?
Desde los primeros años de Medicina quise que mi carrera profesional tuviese el rumbo que yo deseara y poder atender a los pacientes sin renunciar a la faceta investigadora y poder seguir mejorando cada día.
El estilo de vida de grandes dentistas que tuve la suerte de conocer como Juan Canut y José Luis López Álvarez, me habían enamorado de esa otra faceta: la vida del dentista, estudiando siempre, viajando y acercando la innovación a sus pacientes. Mi tutor en mis primeros pasos profesionales, Luis Guerrero Bernabéu, me demostró que no me había equivocado. Como él, he amado siempre mi profesión.
¿Cuál es la parte de su trabajo con la que más disfruta?
El diagnóstico y el plan de tratamiento, sin duda. Conocer al paciente, escucharle. Ayudar a distinguir lo importante y que es lo que va a mejorar su calidad de vida.
¿Qué destacaría de su clínica dental, aquello con lo que más se identifica?
El trabajo en equipo para que todo salga según lo planeado. Si pudiese hacer que en mi casa todo saliera igual que en mi clínica, ¡otro gallo me cantaría!
¿Cómo recuerda sus inicios? ¿Dónde fueron?
Mi primera clínica, más pequeña, con luz todo el día, en el barrio de Salamanca de Madrid. También recién llegada de Estados Unidos. La primera paciente, mi amiga Elena. Las segundas Carmen y Helena, amigas de mi madre, y así hasta hoy. Cursos y congresos, conocer a colegas de cuya amistad todavía presumo, casi todos miembros de BQDC.
¿Qué significa para usted y su clínica dental ser miembro de BQDC?
BQDC es la respuesta más profesional y más ambiciosa de mejorar rodeado de los mejores.
Supone el reto de analizarse en profundidad, con sinceridad, hacer cada día examen crítico para, que con un método y una norma contrastada por expertos en gestión y los mejores profesionales, hacer que nuestra clínica llegue a cotas más elevadas de eficiencia, eficacia y solvencia. Y todo ello rodeados de los mejores compañeros de viaje y los mejores deseos por parte de estos amigos.
¿Qué más diría? Es nuestro gran proyecto para estos próximos años.
¿Cómo ve el futuro de la Odontología?
Creo que va a haber una vuelta a las cosas bien hechas, que el paciente valore nuevamente la dedicación y el esmero necesario para imitar a la naturaleza que hizo su obra más perfecta en los dientes y en la boca. Una Odontología de calidad que respete la dignidad de todas las funciones de la cavidad oral: comer sin dolor, hablar sin dificultad, saborear, besar y seducir con nuestra sonrisa.
Una Odontología donde la Estética con mayúsculas y la Función son inseparables. Innovando y buscando formas de hacer realidad un sueño.
Disfrutando del valor desinteresado de la amistad de los que luego nos han seguido apoyando dentro y fuera de España, Jaime Gil, nuestro gran padrino, Ramón Martínez Corría nuestro gran cirujano, Jordi Cambra nuestro gran modelo, Blas Noguerol, Jaime Alcaraz, Julio Galván, todos creciendo juntos, poco a poco.
Sé, que como otros colegas de BQDC, hemos transmitido nuestra pasión a nuestros hijos, que nos siguen y nos han mejorado técnicamente. Además, les hemos transmitido los valores que son el motor de mejorar cada día.
¿Cuáles serían sus herramientas odontológicas indispensables para dar la mejor atención a pacientes?
Un papel de articular, un espejo y una conversación. Construir una relación de confianza.
¿Qué consejos de salud bucodental da siempre a sus pacientes?
Tenemos lo mejor de lo mejor: una boca pensada para disfrutar de la vida y de los seres que amamos. Que sean conscientes de ello.
De cerca…
Un viaje: Alaska
Un libro: “Confieso que he vivido” de Pablo Neruda
Una afición: Caminar, nadar. Mi perro
Una cita o frase con la que se identifica: Por la boca muere el pez.