De sobra es conocido el terrible momento económico que estamos pasando. Esta situación hace que en ocasiones nuestro nivel de ansiedad, estado anímico o nervioso sufra importantes altibajos en breves espacios de tiempo. Pero, ¿de qué manera repercute esto en nuestra boca?
En los últimos tiempos estamos observando cómo acuden a nuestra consulta pacientes que nos relatan que aprietan los dientes precisamente asociados a momentos de estrés.
Este problema se denomina bruxismo y se trata de un apretamiento dental en cualquier momento del día. Además del estrés, desórdenes del sueño, una mala mordida o dientes malposicionados también pueden ser causantes de este problema.
Los síntomas que acompañan al bruxismo normalmente son dolores de cabeza o en la mandíbula. En casos extremos podemos llegar a ver fracturas en los dientes.
También es muy frecuente observar sensibilidad en los dientes debido a la aparición de microfisuras que hacen que estímulos, como el frío o el calor, estimulen la pulpa dental (nervio) con la consiguiente sensación de molestia o dolor.
Con todo esto, acudir al especialista para prevenir todo lo anteriormente descrito resulta fundamental. Éste valorará la magnitud del problema y lo tratará correctamente. Estos tratamientos van desde la fabricación de férulas en los dientes, hasta relajantes musculares que aliviarán de forma significativa el problema.