Sin duda, iniciar a los más pequeños de la casa en el hábito del cepillado, en muchas ocasiones, no resulta una tarea fácil. Sin embargo adquirir este hábito desde bien pequeño, será una inversión en la salud de su boca a largo plazo.
Como hemos comentado, es complicado hacer comprender al niño que lavarse los dientes es un hábito imprescindible para el mantenimiento de sus dientes, por esto deberemos buscar la forma de hacer divertido el momento de cepillarse los dientes.
La mayoría de los niños, en sus etapas tempranas, actúan por imitación. Lavarse los dientes junto a sus hermanos, o junto a sus padres puede ser una buena iniciativa para compartir este momento.
Escuchar su música preferida o incluso bailar al ritmo de la melodía puede convertir esta práctica en momento divertido.
En la actualidad existen en el mercado cantidad de productos de higiene bucal destinados a los más pequeños. Cepillos con una música que suena mientras se cepilla o incluso de varios colores pueden motivarle a cepillarse con frecuencia.
Podríamos incluso decorar el baño de manera atractiva y divertida para que el niño se tomara el momento de cepillarse como un juego. Decorar las paredes con sus dibujos preferidos, tener algún muñeco cerca o incluso un sitio donde dejar el cepillo con forma de juguete motivarán esta práctica.
No dejar el cepillado como última cosa antes de irse a dormir. Esto podría causarle pereza o desgana. Hacerlo justo después de las comidas es la mejor opción.
La motivación del niño por parte de los padres será fundamental. Unos padres entusiasmados conseguirán que el más pequeño también lo esté.