Escrito por:
Dr. Alberto Sicilia
Clínica Sicilia
La naturaleza se basa en el principio de máxima eficiencia y, en consecuencia, atrofia lo que no utiliza, lo que no es otra cosa que una forma natural de optimizar recursos. Esto ocurre con la masa muscular de un paciente encamado o escayolado, o con nuestra encía tras perder un diente.
Hoy está científicamente calculado que tras la extracción de un diente se produce una pérdida de la encía y de hueso alveolar de soporte de un 50% en anchura y de 3 a 4 milímetros en altura, que se denomina atrofia alveolar, y que hace imposible reponer posteriormente el diente perdido con una estética y función adecuadas.
Cuando se produce esta atrofia alveolar, si queremos colocar un implante dental y un nuevo diente con una posición y estética correctas, necesitaremos en el mejor de los casos, hacer cirugía regenerativa previa o simultáneamente. Con este enfoque la carga quirúrgica es mayor, es más invasivo, y el tratamiento es más largo, más costoso y tiene potencialidad de presentar más complicaciones.
Cuando el diente que se extrae se ha mantenido con infección crónica y lesiones óseas importantes durante un largo periodo de tiempo, la atrofia alveolar es incluso mayor (pudiendo llegar a ser extrema). Es importante pues un criterio diagnóstico preciso para actuar a tiempo, sin olvidar que en odontología nuestro primer objetivo debe ser mantener sana la dentición de nuestros pacientes durante el mayor tiempo posible de su vida. El secreto está en actuar en el punto justo, cuando vemos que el diente está perdido, pero aún no se han producido lesiones importantes en nuestra encía y hueso alveolar.
Antes de la intervención
Tras la intervención con la prótesis inmediata provisional
Implantes inmediatos: la solución más rápida para recuperar un diente
La mejor alternativa terapéutica en ese caso es el implante inmediato postextracción. Éste se puede hacer de muchas formas, hay artículos que ya describen algunas variantes de esta técnica en la década de los 70 del siglo pasado, pero la modalidad que se va imponiendo gradualmente en las publicaciones y conferencias científicas es la modalidad tetramodal, que se basa, como dice su nombre en cuatro aspectos fundamentales:
- Una extracción dental atraumática, sin lesionar, cortar ni desplazar o eliminar hueso o encía del paciente, manteniendo todos los tejidos circundantes íntegros, que formarán el lecho que albergará el futuro implante. Esto requiere una gran meticulosidad, formación y experiencia en enfoques mínimamente invasivos.
- La colocación del implante sin incisiones, sin despegar la encía y en consecuencia sin suturas. Para ello usamos el alveolo natural, es decir el orificio que dejamos en el hueso y encía al extraer el diente, no tocando ni alterando la vascularización de los tejidos circundantes.
- El relleno del alveolo residual, pues tras colocar el implante éste es de menor diámetro que la raíz del diente que reemplaza, y esa falta de volumen deja un espacio vacío que favorece la atrofia alveolar. Para evitarlo compensamos esa falta de volumen rellenando los espacios vacíos infraóseos con un relleno de un biomaterial poco reabsorbible. Podríamos llamarlo “micro-relleno” o “micro-injerto”.
- Y finalmente, el reemplazo inmediato del diente extraído mediante la colocación de una prótesis inmediata provisional atornillada al implante. Esta prótesis se diseña imitando la forma del diente que repone, de modo que al instalarla cierra completamente la herida, el alveolo, sin necesidad de puntos.
Encía con implante inmediato
Hay autores que elogian la realización sistemática adicional de un injerto de encía, proveniente del paladar del paciente, que también puede ayudar a reducir la atrofia de volumen alveolar; aunque parece haber mayor consenso en realizar esta técnica adicional cuando la encía del paciente es fina y el riesgo de atrofia mayor.
Con este enfoque el éxito del implante inmediato postextracción es muy alto, de un 98%, con muy buenos resultados estéticos, muy buen postoperatorio y un acortamiento de los plazos de tratamiento, y, sobre todo, sin dejar al paciente sin dientes en ningún momento.
No podemos olvidar finalmente, que habrá casos en que las lesiones óseas o de la encía evidenciables tras la extracción dental pueden ser de tal calibre que impidan la colocación de un implante inmediato en una posición protésicamente correcta, y en esos casos estará indicada la cirugía de regeneración ósea.