Escrito por:
Dr. Pedro Barrio
Clínica Dental Pedro Barrio
Estrictamente, el término ‘diente impactado’ o incluido hace referencia a aquella pieza dentaria que no ha emergido completamente en la arcada dentaria. Este fenómeno puede afectar tanto a los dientes de leche como a los dientes permanentes en el momento de su erupción.
La clasificación y el tratamiento de los dientes impactados varía en función del tipo de inclusión en el hueso:
- Inclusión parcial: o bien el diente no llega a desarrollarse del todo o se encuentra con obstáculos a la hora de erupcionar y tomar posición en la cavidad bucal.
- Inclusión total: la pieza dental permanece enterrada en el hueso. No llega a penetrar la mucosa oral ni a haber indicios de su erupción.
Causas y consecuencias de la aparición del diente impactado
Es más común que la afección del “diente impactado” se dé en las muelas del juicio o cordales y en los caninos superiores, pues son las últimas piezas dentales en desarrollarse y pueden encontrarse con que las condiciones no son óptimas: falta de espacio porque los maxilares que no se han desarrollado lo suficiente, infecciones bucodentales, malnutrición o circunstancias genéticas que propician este fenómeno.
También puede ocurrir que un diente permanezca incluido en el hueso como consecuencia de un traumatismo, por ejemplo, si un niño se golpea un diente de leche y el impacto ha dañado la raíz del diente definitivo que aguarda debajo. Por este motivo es importante consultar con el dentista cuanto antes si sufrimos una fuerte contusión en la boca, aunque no haya fracturas.
Un diente impactado puede producir malposición, afectando incluso a los dientes colindantes e induciendo alteraciones estructurales. También existe el riesgo de que aparezcan quistes, se generen reabsorciones de piezas y se generen infecciones en toda la boca.
Opciones de tratamiento para los dientes impactados
Existen tres opciones terapéuticas para afrontar estas piezas dentales impactadas.
1.- Hacer un seguimiento y controlar su evolución:
Si el dentista observa que el diente impactado no produce daños graves en la salud del paciente se limitará a realizar un seguimiento para controlar su evolución. No obstante, en la mayoría de las ocasiones será necesario recurrir a otro tratamiento, como la extracción de la pieza o su recolocación.
Los analgésicos se pueden tomar si el diente impactado está causando molestias o inflamaciones leves. Los enjuagues bucales con agua tibia con sal y/o colutorios antisépticos pueden aliviar estos síntomas.
2.- Realizar una intervención para recolocar el diente en su posición natural:
Hay dientes, como los caninos, que tienen un papel más importante a nivel funcional y/o estético en nuestra boca. Si una de estas piezas no llega a emerger, el tratamiento más recomendado es la recolocación del diente en su posición natural, es decir, en el lugar de la arcada dentaria en el que debería haber emergido.
Esta intervención la realiza un especialista en ortodoncia en colaboración con el cirujano maxilofacial y el dentista general. Con frecuencia este tratamiento requiere tiempo y esfuerzo, por lo que la colaboración por parte del paciente es fundamental.
3.- Realizar una exodoncia o extracción de la pieza dental:
Siempre que sea posible es preferible conservar las piezas dentales naturales. Por tanto, esta debe ser la última opción (al menos, en el caso de los caninos) salvo que existan unas circunstancias anatómicas u ortodóncicas que impidan llevarlo a su posición natural, y que el mantenimiento de la pieza impactada ponga en riesgo la salud y el bienestar del paciente.
Sin embargo, en el caso de las muelas del juicio es bastante común realizar la extracción si producen algún problema cuando están emergiendo: si su erupción ha causado alguna infección, si hay riesgo de que empuje a las piezas dentales cercanas y provoque maloclusión o si los cordales tienen alguna caries. La exodoncia previene el dolor e incluso la aparición de heridas como llagas.