Escrito por:
Dr. Ramón Martínez
Brånemark Lleida
Sedación
Los tratamientos odontológicos a menudo producen ansiedad a los pacientes. La sedación nos permite eliminar esta ansiedad produciendo un estado de relajación y somnolencia que mejora la colaboración del paciente. Esto permite realizar tratamientos largos en una sola sesión, dejando a los pacientes una sensación de bienestar al finalizar.
Durante el tratamiento, la monitorización clínica continúa realizada por un profesional, en los pacientes sedados, aumenta la seguridad del procedimiento.
¿Qué es la sedación?
La sedación consiste en la disminución del nivel de consciencia mediante la administración de medicamentos que permitan a un paciente la realización de tratamientos eliminando la ansiedad, el malestar y/o el dolor.
El término “sedación” engloba distintos grados de disminución de la consciencia, desde la sedación mínima (ansiolisis) hasta la sedación profunda. Los grados de sedación tienen lugar de forma consecutiva, no existiendo límites muy claros entre ellos ni tampoco entre una sedación profunda y una anestesia general.
Esto queda reflejado en la clasificación de la American Society of Anesthesiology aceptada por la Joint Comission (imagen inferior).
No siempre es posible predecir cómo responderá un paciente, pudiendo progresar de un estado a otro de forma imprevista, independientemente de la ruta de administración de los fármacos. Por tanto, los profesionales responsables de la sedación han de ser capaces de tratar a un paciente en un nivel de sedación mayor al que inicialmente se había pretendido.
Para los procedimientos en odontología, normalmente, se requiere una sedación/analgesia moderada, también llamada sedación consciente. Esto equivale a un paciente aparentemente dormido pero que es capaz de responder a estímulos verbales, solos o acompañados de una ligera estimulación física, y con la función cardiovascular/respiratoria inalteradas.
Aunque existen varias vías de administración de fármacos (oral, intravenosa, inhalatoria, rectal y transdérmica), en la sedación consciente se utiliza la vía intravenosa, lo que nos permitirá también administrar sueroterapia, fármacos analgésicos, antinflamatorios y cualquier otra medicación que el paciente requiera de forma rápida y segura.
Recomendaciones para sedaciones moderadas-profundas
Valoración del procedimiento
Previamente a la sedación se ha de realizar una evaluación del paciente para conocer sus enfermedades, posibles alergias, medicación habitual y antecedentes quirúrgicos/anestésicos. También se realizará una exploración física incluyendo una valoración de la vía aérea. Esta evaluación nos ayudará a reducir la posibilidad de complicaciones durante la sedación y a determinar el riesgo del paciente para lo que utilizaremos la escala de la American Society of Anesthesiology (ASA). (Imagen inferior).
Esta evaluación se realizará con la antelación suficiente para una óptima preparación del paciente. Dependiendo de la patología de base y del grado de sedación requerido se solicitarán las pruebas complementarias oportunas.
Información, ayuno y consentimiento informado
- Se informa al paciente del grado de sedación propuesta, la vía de administración de los fármacos, los riesgos asociados y las recomendaciones previas a la sedación
- Se le comunica la administración de fármacos ansiolíticos, interrupción de los tratamientos crónicos que puedan interferir con la sedación /intervención y las normas de ayuno para evitar el riesgo de una broncoaspiración
- El consentimiento informado se entregará al paciente con una antelación mínima de 48h antes del procedimiento
- El día de la intervención se confirmará el tipo y hora de la última ingesta y las firmas del consentimiento informado (paciente y profesional)
Monitorización y requisitos de las instalaciones
Se deberá realizar una verificación de los puntos críticos del procedimiento según una adaptación del Listado de Verificación Quirúrgica de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los gabinetes donde se realizarán las sedaciones tienen que estar acreditadas según la normativa vigente:
- Es imprescindible disponer de equipos de control de la vía aérea (laringoscopios, tubos Orotraqueales, mascarillas …), sistemas de suministro de oxígeno (O2), sistemas de aspiración, catéteres intravenosos, sueros y un “Carro de Paros”, que esté dotado de los fármacos y equipos necesarios para realizar una Reanimación Cardiopulmonar, revertir los efectos de los fármacos administrados o tratar posibles complicaciones durante el procedimiento como alergias a los anestésicos, crisis hipertensivas , episodios de isquemia cardíaca…
- La monitorización mínima del paciente debe incluir presión arterial incruenta (PANI), electrocardiograma (ECG) y pulsioximetria (SpO2)
- Se realizará una monitorización del nivel de conciencia mediante la comunicación bidireccional en casos de sedación moderada
- Se realizará una monitorización de la función ventilatoria mediante la observación de los movimientos del tórax o auscultación
- Es recomendable disponer de una máquina de anestesia con su monitorización correspondiente
- Es recomendable disponer de capnógrafo para valoración de la ventilación
- Deberá estar presente un profesional responsable de la monitorización del paciente y capacitado para realizar una reanimación cardiopulmonar
Recuperación post-sedación
Tras el procedimiento los pacientes siguen en situación de riesgo por el efecto residual de los fármacos administrados, por lo que deberán ser trasladados a un área de recuperación atendida por profesionales cualificados. Ahí se garantizará el cuidado hasta que el paciente pueda ser dado de alta a su domicilio.
Para dar una alta domiciliaria de manera segura sin la presencia del facultativo es recomendable contar con un sistema de puntuación clínico sencillo y reproducible.
Referencias bibliográficas
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