Escrito por:
Dr. Jordi Cambra
Presidente de BQDC
Los dientes necesitan una cierta cantidad de encía que les proteja. El mínimo necesario y consensuado por muchos estudios científicos es de 1mm.
El injerto de encía es un tratamiento necesario cuando el paciente no llega a este 1mm porque ha sufrido una retracción de la encía, normalmente como consecuencia de una enfermedad periodontal. Este tipo de enfermedades provocan que el tejido gingival se vaya desprendiendo del diente y se retraiga, hacia arriba o hacia abajo, dependiendo del maxilar afectado (superior o inferior).
A medida que la periodontitis avanza, va quedando expuesta una superficie del diente mayor, lo que provoca un aumento de la sensibilidad y dental y una pérdida de sujeción del diente de forma que, si no se trata, este puede terminar cayéndose.
El injerto de encía es un procedimiento periodontal muy necesario, ya que puede evitar la pérdida del diente. El injerto de encía busca, como primer objetivo, aumentar la anchura de encía sobre el hueso que rodea el diente y como segundo objetivo, cubrir la raíz del diente. El primer objetivo es necesario para la salud y conservación del diente y el segundo es preventivo de caries y estético.
¿De dónde se extrae el tejido para el injerto?
Antes de iniciar el tratamiento, el experto en Periodoncia valorará el tipo de injerto necesario según el caso particular del paciente. En el caso de los injertos de tejido conectivo o gingival libre, por ejemplo, se utilizan tejidos del paladar para suplir la carencia de encía.
En otros casos, si el paciente cuenta con bastante material alrededor del diente, el tejido se extrae de la encía que rodea al diente (injertos gingivales pediculados).
En ocasiones, si no es posible extraer tejido propio del paciente, el periodoncista podría recurrir a un banco de tejidos.
Beneficios de los injertos de encía
Aunque por su nombre pueda parecer que el injerto de encía es un procedimiento costoso y doloroso, lo cierto es que se trata de una intervención quirúrgica poco traumática que ofrece excelentes resultados y con un postoperatorio casi sin molestias.
Gracias a los injertos de encías logramos:
- Proteger el diente, aislándolo del exterior y aportándole más sujeción para evitar su caída.
- Reducir o eliminar el exceso de sensibilidad producido por la exposición dental.
- Mejorar la apariencia general de la sonrisa.