Las muelas del juicio se encuentran en el extremo posterior de la boca, y suelen aparecer entre los 18 y los 25 años, completando así toda la dentadura.
A pesar de que en algunos casos salen de forma correcta y no causan ningún tipo de problema, se estima que el 90% de la población tiene complicaciones con las muelas del juicio, lo que supone que éstas no puedan cumplir su función de masticar eficazmente.
No es fácil determinar si es necesaria la extracción de las muelas del juicio. El odontólogo especialista tendrá que estudiar el caso y decidir cuál es la mejor opción para el paciente. En general, se suele recomendar su extracción en las siguientes circunstancias:
– Cuando la mandíbula no es suficientemente grande y las muelas no pueden salir.
– Cuando las muelas del juicio salen parcialmente y provocan que la encía crezca, siendo más propensa a infecciones.
– Con motivo de un tratamiento de ortodoncia.
– Por apiñamientos provocados por el poco espacio dentro de la boca.
– Por infección de la muela o el hueso.
La extracción de las muelas del juicio se realiza utilizando un anestésico local. Si la muela está dentro de la encía, será necesario abrirla para acceder a ella, y en los casos que haya hueso cubriéndola, habrá que eliminarlo antes de la extracción.
En los casos más complicados, el odontólogo especialista deberá romper la muela en trozos, más pequeños y fáciles de extraer.
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