La salud bucodental es tan importante que hasta los animales cuidan de ella. Tenemos un ejemplo claro en el cocodrilo, que incluso tiene un pájaro dentista.
El pluvial es un ave de la familia Pluvianidae que vive en África. Sus áreas son zonas húmedas como ríos y charcas y los podemos encontrar en casi todos los países africanos menos en el sur y algunos del norte. Incluso durante mucho tiempo lo pudimos ver en Canarias, pero ahora está extinto en estas islas. Está bastante extendido en Egipto.
Lo divertido de este pequeño pájaro es que es el dentista de un gran y peligroso animal: el cocodrilo. Y ¿cómo se puede ser el odontólogo de este reptil? Sencillo: este pajaro se situa en la boca del cocodrilo cuando este la abre y picotea en sus dientes la comida y restos que le quedan. Esta relación hace que el cocodrilo se ahorre algunas infecciones y problemas en sus dientes y el pluvial tiene la comida que necesita.
Por tanto esta relación es positiva para ambos aunque demuestra la valentía de esta pequeña ave. Aún así si el cocodrilo se alimentara de este pájaro ¡perdería a su dentista particular! Además su canto le advierte de posibles peligros.
Los humanos han utilizado mucho tiempo a los pluviales como marca de que en la zona habían cocodrilos, para poder evitar el encuentro con uno de ellos.
Otro hecho curioso es que los cocodrilos tienen aproximadamente 80 dientes que cambian de forma continua, llegando a sustituir la piezas viejas por nuevas entre 2 y 3 veces al año. Su mordida tiene una fuerza de más de 2000 kilos por cada 2 centímetros cuadrados, la más fuerte en el reino animal.
El pluvial por su parte mide de 19 a 21 cm de largo cuando es adulto. Tiene la corona, la espalda, la banda de los ojos y la parte inferior negra, y el resto blanco. Su plumaje del dorso de las alas es gris azulado y naranja, por tanto su esplendor sucede en el vuelo.
¡Eres un cabeza de chorlito!
Lo cierto es que hay muchas teorías sobre la expresión «ser un cabeza de chorlito«, pero, tal y como nos dice wikipedia, los pluviales también son conocidos como «chorlitos egipcios», así que tal vez tiene que ver con el hecho de que estos pequeños pajaritos no parecen tener mucho sentido común cuando se meten dentro de uno de los animales más peligrosos del planeta.
¿Qué opináis vosotros?