¿Sabes cómo se descubrió la eficacia del titanio para integrarse en el hueso y usarlo para fabricar implantes dentales? En uno de sus experimentos, el profesor, médico e investigador sueco Per-Ingvar Brånemark, insertó un elemento de titanio en la pata de un conejo. Pasado un tiempo, el profesor fue incapaz de extraerlo, porque esta pieza había realizado lo que hoy llamamos ‘osteointegración’.
Tras este hallazgo casual, Brånemark continuó investigando su eficacia en el cuerpo humano y su descubrimiento revolucionó el campo de la implantología. Antes de saber que el metal era capaz de integrarse en el hueso, los implantes se basaban en la retención mecánica. Su comodidad, estabilidad y discreción era mucho menor que en la actualidad.
Hoy en día, los implantes dentales son la mejor opción para reemplazar una pieza perdida, por las prestaciones que ofrecen y todas las formas en que mejoran la calidad de vida de los pacientes que optan por este tratamiento. ¡Te contamos cómo benefician a nuestra salud los implantes dentales!
¿Qué conseguimos con los implantes dentales?
Ganamos en estética
Cuando perdemos un diente, el alveolo en el que estaba alojado queda vacío, y nuestra sonrisa incompleta. La ventaja más clara de los implantes dentales, aunque no la única, es que gracias a ellos podemos recuperar el aspecto de nuestra dentadura y volver a sonreír con naturalidad.
Mejora nuestra autoestima y nuestra confianza
Muchas personas se sienten inseguras al perder un diente porque les acompleja mostrar una sonrisa “imperfecta”. Al solucionar este problema estético con un implante dental, los pacientes se muestran mucho más seguros en sí mismos, con una confianza renovada y con más ganas que nunca de mostrar su sonrisa a los que les rodean.
Prevenimos en salud
Cuando el alveolo permanece vacío mucho tiempo, el hueso comienza a reabsorberse y se produce lo que llamamos “pérdida ósea”. Si esto ocurre, poco a poco las piezas cercanas comienzan a desplazarse y la funcionalidad de nuestra dentadura se reduce. El apiñamiento de las piezas, además, favorece la acumulación de placa dental, lo que puede facilitar la aparición de otras patologías como la periodontitis o la halitosis.
Son cómodos, duraderos e indistinguibles
Si los implantes son colocados por un profesional y el paciente los cuida correctamente, los implantes son una solución que puede llegar a durar toda la vida. Además, una vez terminada la osteointegración y colocada la prótesis definitiva, su apariencia es tan similar a la de los dientes naturales que, incluso si nos hemos sometido a una rehabilitación completa con implantes, podemos sonreír y nadie notará la diferencia.
En conclusión, los implantes dentales tienen beneficios a nivel estético, funcional e incluso mental. Sonreír es uno de los analgésicos naturales más poderosos; a pocas personas no les sienta bien una sonrisa, por lo que evita tener excusas para no hacerlo a menudo.
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