Según un estudio publicado por investigadores americanos, controlar nuestro estrés también puede ayudar a proteger nuestra salud oral.
Estos científicos encontraron que en más del 60% de la población de estudio, durante más de 8 años, había una relación entre estrés, preocupación, ansiedad o depresión, con la enfermedad periodontal. El aumento de los niveles de la hormona cortisona, que se produce en episodios de mucho estrés, podría actuar disminuyendo el sistema inmunitario, haciéndolo mas susceptible a la enfermedad periodontal según estos científicos.
También observaron que los individuos con mucha cantidad de estrés, eran más propensos a adquirir hábitos que perjudicaban, claramente, su estado periodontal. El tabaco, una mala alimentación, una mala higiene dental, así como no acudir regularmente a la consulta dental, eran algunos de estos hábitos comunes a este grupo de estudio.
Hemos de recordar que hay más situaciones que pueden desembocar en una enfermedad periodontal:
– Enfermedades sistémicas, como la diabetes.
– Medicamentos como los esteroides o anti epilépticos pueden ayudar a desarrollar la enfermedad periodontal.
– Fundas o puentes que no ajustan bien.
– Dientes no alineados correctamente.
La enfermedad periodontal puede no dar signos apreciables para el paciente hasta bien avanzada la enfermedad, por ello es imprescindible revisiones periódicas a la consulta dental.