
La seda dental es un complemento ideal después de cepillarse los dientes. No solo favorece la higiene dental diaria sino que su uso diario permite eliminar los restos de comida que han podido quedarse entre los dientes y que con el cepillado no hemos podido eliminar completamente.
Se recomienda que se utilice una vez al día y para mayor efectividad, debemos seguir los siguientes pasos:
1) Cortamos un trozo de hilo de seda dental de unos 40cm de largo y enrollamos los extremos del hilo sobre nuestros dedos medios (dedo corazón) de cada mano.
2) Para manejar mejor la seda, utilizaremos los dedos índice y pulgar de ambas manos. Serán los dedos que no permitirán tensar el hilo mientas lo pasamos entre los dientes.
3) La seda dental debe introducirse entre los dientes de manera suave y realizar una presión lateral contra el diente, nunca contra la encía ya que podemos ocasionar un sangrado.
4) Pasaremos la seda dental por cada uno de los espacios interdentales limpiando los laterales de ambos dientes.
El cepillo interdental y el raspador de lengua
Además de la seda dental existen otras dos productos que nos ayudarán a mantener nuestra higiene dental correcta como son el cepillo interdental y el raspador de lengua.
El cepillo interdental se utiliza en los casos en que el espacio interdental es muy ancho. Para su correcto uso, debemos tener en cuenta que el cepillo, al igual que la seda dental, debe entrar de manera suave entre los espacios, evitando movimientos bruscos que pueda ocasionar alguna herida leve en las encías.
Debemos realizar movimientos horizontales (de dentro hacia fuera) entre ambos dientes para un correcto cepillado.
Las personas con enfermedades periodontal, en las que van apareciendo espacios entre los dientes por la pérdida de hueso y retracción de las encías, es fundamental que hagan uso del cepillo interdental para mantener siempre limpios dichos espacios.
Por último, debemos recordar que también es necesario mantener la lengua limpia ya que está formada por unas pequeñas protuberancias llamadas papilas donde se concentran la mayor parte de gérmenes y bacterias que provocan, por ejemplo, el mal aliento.
El raspador de lengua es una alternativa ideal para su limpieza. Para un uso correcto debemos sacar la lengua y poner el raspador en la parte posterior (atrás) de esta donde realizaremos barridos hacia la parte anterior. Los movimientos deben ser siempre de atrás hacia adelante para eliminar correctamente las partículas.
El uso periódico de estos tres productos nos ayudará a mantener una boca sana y a prevenir enfermedades dentales.