
El dolor es el principal problema y el síntoma más claro de que algo no funciona correctamente en la salud. Cuando el dolor aparece siempre debemos consultar con un especialistas porque es un aviso de que algo no funciona de forma correcta.
El dolor de la articulación de la mandíbula es uno de los que últimamente más nos encontramos en la consulta porque suele estar asociado al bruxismo o al ATM, dolencias que crecen con el estrés actual.
El dolor articular es un dolor difuso, que va desde el oído hasta la mandíbula y en las peores ocasiones se expande por toda la zona facial afectando incluso a los ojos. Suele ir acompañado por cierta limitación para abrir la boca.
Lo normal es que la razón sea una contractura que está presionando o pinzando el nervio de la zona facial. Esta contractura puede tener diversas procedencias, un accidente (golpe o contractura), apretamiento dentario… La tensión de la vida moderna nos lleva a apretar los dientes de forma intermitente, haciendo este tipo de dolor más habitual.
El bruxismo y el ATM son dos dolencias que no solo provocan este dolor sino que además pueden generar desgaste en las piezas dentarias e incluso roturas de las piezas más delicadas.
Este tipo de dolencia además se tardan en diagnosticar porque el paciente suele confundirlo con otro tipo de contracturas o no sabe ubicar de dónde procede el dolor ya que muchas veces se irradia por toda la cara.
Igual que todos los dolores tensionales (espalda, cuello…) se extienden cada día más y cada vez más personas los tienen sin ser conscientes de que tienen solución. En especial porque suelen iniciarse como pequeñas molestias a las que nos podemos ir acostumbrando y que tras años son dolores agudos que pueden complicar la vida diaria.
Aunque los tratamientos deberían ir acompañados de cierta relajación del paciente en su vida diaria suelen ser efectivos incluso sin ella.
Como están provocados por una contractura debemos conseguir relajar esta parte de nuestro cuerpo. Para ello podemos contar con medicación que nos ayude a relajarla, con sesiones de fisioterapia, corrientes, lásers… que nos ayuden a desinflamar y en los casos muy extremos infiltraciones de medicación.
Una buena solución a medio plazo es una férula de descarga, se trata de una placa que utilizamos durante la noche, que es cuando mayor apretamiento se produce, y evita este apretamiento protegiendo los dientes. Suele ser muy efectiva si se aplica de forma constante.