El enguaje o colutorio bucal es una solución habitualmente líquida que se utiliza para completar la limpieza y desinfección en la higiene bucodental diaria. Se suele utilizar tras el cepillado dental, y junto a todo el procedimiento elimina bacterias, evita la placa bacteriana y el sarro y por tanto previene la caries.
Dependiendo de las necesidades de cada persona existen diversas composiciones químicas de colutorio bucal:
- Prevención del mal aliento
- Con flúor para prevenir la caries
- Blanqueantes
- Cicatrizantes
- Especiales para encías.
Es recomendable utilizarlo a partir de los 6 años, durante edades infantiles con supervisión adulta.
Es importante recordar que debemos seguir las instrucciones marcadas en el envase para asegurar la eficacia del producto y no debemos diluirlo en agua a no ser que se nos indique claramente.
¿De qué están compuestos?
En su gran mayoría los elementos que los componen son hidroalcoholes, es decir, agua y alcohol en una proporción que puede ir del 4 al 17%, junto a ellos y dependiendo de la tipología de enguaje bucal suelen tener otros ingredientes.
Uno de estos principios suele ser el flúor que previene la caries, pero también algún tipo de antiséptico para eliminar bacterias. Junto a ello suele acompañar algún tipo de aroma para aportar frescor en la boca, habitualmente mentol.
Este elemento es básico en la higiene diaria ya que aunque tengamos un cepillado exhaustivo este solo cuida del 25% de la boca (el porcentaje que representan los dientes), como siempre decimos debemos cuidar de las encías, la lengua y el paladar así como los espacio interdentales. Los colutorios ayudan a mantener limpias todas las áreas.
Una buena higiene dental se compone de 3 cepillados diarios y al menos uno debe incluir la siguiente rutina:
1. Un cepillado correcto, que pasa por todas las zonas de la boca y por cada pieza dental en todas sus caras. Incluye también un cepillado suave en las encías. Suele durar unos dos minutos y el cepillo dental debe ser adecuado en dureza para nuestra boca, además no debemos olvidar cambiar el cepillo cada tres meses.
2. Uso de hilo dental y cepillos interdentales para eliminar todos los restos de comida en las áreas en las que el cepillo normal no puede acceder. Debemos cuidar de nuestras encías, es decir, no acercar demasiado el hilo dental para no hacernos heridas.
3. Uso de cepillos linguales y cepillado de paladar para eliminar las bacterias acumuladas en estas áreas.
4. Utilización del colutorio más adecuado para nuestras necesidades.