Podríamos definir la xerostomía como la sensación de falta de saliva en la boca. En muchas ocasiones en nuestro día a día y ante situaciones de estrés, nerviosismo o incluso tristeza podremos notar esta sensación de boca seca.
Si prevalece puntualmente y en ocasiones, no debemos preocuparnos, pero si por el contrario, persiste en el tiempo hemos de tener en cuenta que nos puede acarrear graves problemas de salud además de la incomodidad que ello supone.
La xerostomía puede ser un síntoma de una enfermedad, algún problema médico o estar relacionada con la ingesta de determinados medicamentos.
La saliva juega un papel muy importante en nuestra salud oral. Alguna de esas funciones son:
1- Mantener la boca húmeda.
2- Ayudar en el proceso digestivo.
3- Proteger a los dientes de las caries.
4- Prevenir la infección al controlar bacterias y hongos en la boca.
5- Hacer posible que podamos hablar, masticar o tragar.
Pero, ¿cómo saber si padecemos este síndrome? Como hemos comentado lo primero que debemos tener en cuenta es si esa sensación de boca seca perdura en el tiempo, aunque también hemos de recalcar que se puede manifestar de diferentes maneras:
1- Dificultad para hablar, masticar saborear o tragar.
2- Sensación de ardor en la boca.
3- Labios secos o partidos.
4- Lengua seca o áspera.
5- Llagas o aftas bucales.
6- Dificultad para llevar prótesis dentales o desarrollar una periimplantitis en caso de llevar implantes.
Hoy en día sabemos que la boca seca aparece cuando las glándulas salivales, encargadas de producir la saliva, no funcionan correctamente y por tanto la cantidad de saliva disminuye.
Las causas de la alteración de las glándulas son varias entre las que podríamos señalar el uso de medicamentos, diabetes, el ser tratado por radioterapia o quimioterapia, trastornos psiquiátricos, enfermedades autoinmunes, tabaco, alcohol, drogas, respiración bucal y apneas del sueño, alteraciones neurológicas o vejez.
Tomar sorbos frecuentes de agua o zumos, evitar bebidas que contengan cafeína, caramelos y gomas de mascar sin azúcar, evitar tabaco y alcohol, además de comidas muy picantes y utilizar un humidificador por la noche nos ayudará a estimular la saliva.
Por tanto es importante que ante cualquier síntoma acudamos al odontólogo para hacer un correcto diagnóstico mediante un examen exhaustivo.